Preferiría desenbolsillarme y mostrarte realmente todo como es. Que tus ojos no te engañen, que mis palabras no te confundan y que mis decisiones no te hieran. No es como lo pensé, no soy como pensé que iba a ser. Trato de esforzarme en lo mejor de mi para poder compartir esa risa que me da mi mismo ser a veces. Pero me cuesta mostrarte mis lágrimas, mis verdaderas lagrimas. Las que se acumulan en la garganta y mágicamente se transforman en saliva para luego, solo mezclarse con mi bilis. Esas lágrimas que muchas veces luego mueren en acidez, en insatisfacción, en un intento fallido por ser procesadas. Que a veces suben, a veces pasan. A veces me escucho hablarme a mi misma por dentro, tratando de sonreírme, tratando de consolarme. Si solo pudieras colocarte este saco... o regalarte un poco de mi piel. Me resulta difícil escribir-te. Me resulta difícil escribirte sin hablarte. Pero se que si te tuviera enfrente, no tendría ni la audacia de tartamudear. Muda tu imagen, tu imagen muda, muda mi alma, seca mi boca. Si preferís con una de fondo, mucho mejor...
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