Quisiera morirme recordando que fui feliz

¿Podes resucitar un beso que creías muerto?

O solo la compleja mezcla de sentimientos. Esa mezcla de aliento, roce y... ese perfume inigualable, inolvidable, que puede tener tu boca.
Hola, me perdí. Me ahogué inconcientemente en ese recuerdo y nadie me salva. Cada vez me hundo aún más. Pero mis labios están sintiendo el dulce sabor del veneno puro y yo me vuelvo adicta. Conciente de que me mata. Pero me es imposible. Si lo lograste, soy capaz de beber hasta la última gota de ti y embriagarme con tus besos, así cuando ya esté sintiendo el suelo con mi rostro y vos parado ahí, al lado mío observándome.
No puedo o no quiero imaginarme más allá de eso. No quiero que la esperanza sea la mas fácil por desechar porque... Un guerrero jamás pierde su fe en si mismo, siempre mirando hacia adelante, nunca hacia atrás.

De lo viejo y poco nuevo

Si sabes que apenas puedo pestañear para dejar caer mis lágrimas, y tú, dices que es simple lo que me pides, que te vea…
¿Qué te vea? que te vea, después que deje que mis lagrimas, como ácido, me enceguecieran, después que el hambre, la tristeza y las lagrimas se apoderaron de mi a tal punto que ya ni me importaba ni el día ni la noche, si había vida en mi o si ya estaba muerta o si todos estaban muertos menos yo o si ya no existía ni el mar, ni los árboles, ni los animales, y mucho menos, la flor mas hermosa.
Si cada día que despertaba pensaba, ¿Qué habrá de mi vida hoy?
y no había nada, absolutamente nada. Y poco a poco me fueron absorbiendo hasta llevarse lo mejor y lo peor de mí, hasta quedar insulsa, sin sentido ni función en la vida. Pero cuantas veces preguntaste porque estaba así y no jamás pude explicarte. Tengo en cuenta tus ganas de hacerme vivir, inútiles ya que yo soy la que tiene que tener ganas de vivir, y en verdad las aprecio mucho.

Espero algún día que el amanecer me de ese espíritu, ese vivir, que en muchos días de mi vida, fue mi consuelo para seguir.