Si sabes que apenas puedo pestañear para dejar caer mis lágrimas, y tú, dices que es simple lo que me pides, que te vea…
¿Qué te vea? que te vea, después que deje que mis lagrimas, como ácido, me enceguecieran, después que el hambre, la tristeza y las lagrimas se apoderaron de mi a tal punto que ya ni me importaba ni el día ni la noche, si había vida en mi o si ya estaba muerta o si todos estaban muertos menos yo o si ya no existía ni el mar, ni los árboles, ni los animales, y mucho menos, la flor mas hermosa.
Si cada día que despertaba pensaba, ¿Qué habrá de mi vida hoy?
y no había nada, absolutamente nada. Y poco a poco me fueron absorbiendo hasta llevarse lo mejor y lo peor de mí, hasta quedar insulsa, sin sentido ni función en la vida. Pero cuantas veces preguntaste porque estaba así y no jamás pude explicarte. Tengo en cuenta tus ganas de hacerme vivir, inútiles ya que yo soy la que tiene que tener ganas de vivir, y en verdad las aprecio mucho.
Espero algún día que el amanecer me de ese espíritu, ese vivir, que en muchos días de mi vida, fue mi consuelo para seguir.
En el día de los enamorados más que nunca, felices los olvidadizos!
ResponderEliminarIgualmente! Muy bueno eso
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