Al sentir el mármol frío del pilar, la ola de recuerdos me sobrepasó. Las tardes corriendo por la galería, con mi vestido de broderí, el olor del jazmín que inundaba toda la casa y las siestas en la hamaca paraguaya. Todo se introducía en mi piel, sin pedir permiso y llegando a mis partes mas débiles. Ahí fue, cuando sentí la seguridad absoluta de que aquel lugar me pertenecía y que no iba a abandonarlo.
Entré y recorrí cada rincón, hasta llegar a la habitación de
Ya me encontraba soñando despierta, cuando Ana se apareció con un mate que me reconfortó emocionalmente.
Mientras comentaba de los últimos días de
Al abrirlo, algunas cartas se desplegaron, para dejar de alimentar mi curiosidad. Aquellas cartas, eran poemas de Federico, escritos por mi Abuelo, el cual, con los poemas del libro, declaraba su “Amor de mis entrañas” hacia Lila, mi Abuela.
Al terminar el libro, en la contratapa, había una fotografía de ellos, la cual estaba manchada. No dudo que aquella mancha no haya sido alguna lágrima de
Antes de irme a dormir, deje el libro arriba de mi mesa de luz. Yo intuía que en algún momento de mis profundos sueños, ella me leería algún verso…
que bien que escribís!!!
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besos