miércoles, 31 de julio de 2013

¿Cómo te sentís al perder tu mejor jugada?

Primero y conceptual: Uno cuando va por lo incorrecto, pareciera que su cuerpo, mente y alma van anestesiados. Ahora, cuando decide probar si es menos frío el camino "del bien" comienza siendo cálido, pero tarde o temprano termina incendiándose.
¿Para qué probamos intentos que son fáciles de fracasar?. No sirve de nada construir algo rápido y justo, para que se pueda sobrevivir en el momento. Jamás termina por afirmarse, te llevas por otros detalles, delicadeses. Pero ¡claro! es la... es el éxtasis, si! EL ÉXTASIS DE LOS SENTIMIENTOS lo que termina construyendo lo mínimo indispensable, pero no mis queridos, esto se debe hacer a lo grande, a lo fuerte, a lo justo.
 Ya observando la destrucción de los cimientos descubrí que el suelo era escombros.  Por ende, la acción de eliminar los residuos no fue querer desterrarlos. La construcción se había derrumbado por completo, dejando a la vista solo algunos pilares, y miles y millones de pedazos de cemento, que entre ellos podían observarse el asomo de algunos colores, indicios de que todo no fue gris, de que se había construido un mundo en su interior.
 Inaugurar el container hizo que mis tripas, órganos, corazón, como deseen llamarlo, se revolvieran. Como si se descolocaran de su lugar seleccionado y busquen desesperadamente volver a él. Me sudó la espalda y sentí como la gota recorría delicadamente la espalda hasta llegar al coxis. Di la señal y el proceso progresó. Seguí observando, como aquello que algún día fue algo, lo depositaban en pedacitos en un enorme recipiente de metal. Frío y tosco como fue el derrumbe.
    Al pasar los días evité transitar aquella cuadra. Me desviaba tomando otro colectivo, evitaba comprar en supermercados de aledaños y hasta eliminé de mi
mapa la existencia de aquel parque. Su zona geográfica se denominaba peligrosa, como el gps indicandote que estas cerca de una villa o "barrio humilde".
 Estaban sonando melodías de carnaval, observaba al público, como saltaba y gritaba las letras de aquella canción. Entre ellos, se distinguían mas conocidos que desconocidos. Observarlos y ver como el tiempo nos cambió pero conservó esa niñez, esa alegría, provocaba una sonrisa aún mayor en mi. Desvariada por la risa, y al finalizar una noche de baile y vasos, tomamos la vuelta a casa. Subí al colectivo, perdida por la distancia y el camino de mis amigos. Los despedí en la estación y emprendí las cuadras que dividían mi hogar de el ellos. Caminaba pensando en tener mis llaves en mano, cuando sin darme cuenta me encontraba ya, frente al descampado. No había construcción, no había cimientos, no había escombros. Era simplemente nada, era solo un cartel en venta. Prendí un cigarrillo y le dejé una bocanada. Ya no servía de nada, era solo un descampado.

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Storm.

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Si te vas no tengo nada, Si te quedas puedo hasta el mundo cambiar, O quizás no habré crecido, dejando mariposas escapar.

Desde la ultima vez que me he enamorado...

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[No recuerdo lo que es el amor]