lunes, 2 de marzo de 2009

La Historia.

Sonia trabajaba en una tienda cerca del centro de su ciudad. Ella se ocupaba de colocar los productos en las gondolas por la mañana, atendia en el mostrador de los envasados por el mediodia y a la tarde se ocupaba de la caja hasta que finalizaba su turno. Toda su misma rutina todos los dias.
Salía de su trabajo y siempre se hiba a sentar en la estacion a mirar como pasaban los trenes, mientras su cigarrillo se consumía. Veía y se imaginaba la gente que viajaba, con sus mundos, sus trabajos sus vidas. Pensaba que podían llegar a pensar al verla a ella sola sentada allí, solamente observando. Pero Sonia al observarla, solamente daba una imagen de armonia y tranquilidad única.
Un dia Sonia salió de su trabajo rutinario. Fué al quiosko a comprar cigarrillos, pero no habian de su marca preferida asi que compró otros, ese ya era el primer indicio de que ese dia era diferente. Fué y se sento en la estacion, pero al sentarse observo que descuidadamente se habia sentado sobre algo. Era un libro. Observo a sus alrededores si habia alguien. No habia absolutamente nadie, el horario laboral ya habia terminado hacia rato y todo el movimiento de su pequeño barrio ya habia desaparecido. A esas horas, las casas ya tenian fragancias a distintos sabores, distintas costumbres y comidas, ya cada uno cómodo en su hogar.
Vió que nadie reclamaria aquel libro, ella se dispuso a hojearlo. Las primeras paginas estaban pobladas de letras casi invisibles, grises y muy dificiles de leer para esas horas, entonces lo guardo en su bolsa y se retiro de su descanso.
Al llegar a su hogar, una gata hambrienta buscaba refugio en su puerta. Ahún era pequeña, y la llovizna monótona la habia humedecido. Sonia la dejo entrar y le sirvio leche en un plato. Ella se preparo cafe y se acomodo en su sillon al lado del velador, retiro el libro y se puso a leerlo con gran esfuerzo y atención. Contaba la historia de una anciana, quien habia vivido experiencias únicas y aventureras. Sonia se durmió en las primeras páginas.
Cuando despertó la mañana siguiente, sus pies estaban calientes por su nueva companía. Se dio cuenta de que era tarde para su trabajo y a ella le molestaba mucho eso, asi que corrio a la gata suavemente y se fue apurada a cambiarse.
Recien llegada a su trabajo, Sonia sintió que algo habia cambiado, pero no logro darse cuenta. Ese dia su rutina cambió. Le tornó aburrida y monotona, atendio la caja durante toda su jornada. Al salir, ese dia no tubo ganas de ir a ver pasar los trenes, entonces, cambio su rumbo hacia su casa. Llegó, dio la bienvenida a su nueva acompañante y regó sus pocas plantas, prendió un cigarrillo, y tomo el libro que habia abandonado en la pagina 13. No recordaba que era lo ultimo que habia leído pero estaba segura que no era la misma historia. Hoy las letras eran negras, como el carbón, como el café. Siguió ojeando y encontro una quemadura de cigarrillo en una hoja. Siguió pasando las paginas y se dio cuenta que cada quemadura de cigarrillo de cada hoja indicaba algo. Dejó correr las hojas y las quemaduras indicaban una fecha hacia su derecha. A su derecha se encontraba su gata. Sonia la observó y la gata la miraba fijamente. No entendia por qué, aquel animal tenia tanta fuerza en su mirada. Se convenció de que eso era una estupidez y dejo el libro caer al piso. Los dias no eran muy agradables, nublados, frios y lluviosos. Pero Sonia adoraba eso. Hagarro su campera, un paraguas y salio a caminar. Camino por plazas y retomo su querida estacion. Cuando se dirigia a su banco preferencial, vio todo el piso lleno de hojas sueltas y el libro que leia tirado. Recogió las hojas. En la hoja 4 contaba la historia de una anciana, en la hoja 6 hablaba de un joven, que rutinariamente trabajaba y tomaba el tren a las 17:45 (horario que Sonia siempre observaba los trenes). En la hoja 8 retomaba la historia de la anciana, en la hoja 10 hablaba de una profesional que tomaba el tren a las 5:45. Hoja 12 anciana. Hoja 14, una embarazada solia tomar el tren de las 17:45 para ir a su obstetra. Y así seguia la historia de la anciana y de gente que veia a Sonia observar los trenes. Ella ignoró las hojas, se habia cansado de tanta fantasia y dejo que el viento se las lleve. Fue a un café, compro de sus granos preferidos y retomo camino a su casa. Durmio placidamente y se levanto rutinariamente. Su rutina de trabajo volvio a la normalidad y la rutina de Sonia tambien. Compro sus clasicos cigarrilos, se sentó en la estación a las 17:40. 17:43 saco boleto una embarazada y se sento al lado de un árbol. Mas hacia la otra punta de la estacion un joven con su mochila de trabajo. Y mas cerca de Sonia, una médica, fijandose en su reloj si el horario del tren estaba atrasado. Se encontraba atónita Sonia, no podia ocurrir que todo lo que decia ese libro ocurriera en realidad. ¿Y si en realidad lo habia escrito la gente que la observaba diariamente, para que ella supiera que existia en el mundo de alguien? ¿ Y si le estaban tendiendo una trampa para robarle o hacerle un secuestro? Sonia no dudo un segundo, volvio a su hogar y se encerró. Solamente salia para ir a su trabajo y volver. Se aburría en su casa, se habia quedado sin lana ya para tejer, sus plantas se hiban a ahogar si seguia regandolas y ya la casa estaba impecable. No sabia mas que hacer para que pase su tiempo.
Un viernes al salir de su trabajo, inconcientemente se dirigio para la estacion y se sentó. Una anciana tomo asiento a su lado y apoyó su fria, huesuda y áspera mano en su brazo. Se exaltó un poco al sentir eso, pero al ver el rostro armonioso de la anciana, se contagió cierta tranquilidad. La anciana acarició su brazo y solamente pronunció, muy pasiva "No te asustes de las maravillas que te sucedan, sácale jugo a ellas y encontrarás mas sentido a tu vida". Y así como habia llegado, se retiro, despacio y casi como flotando sobre el suelo.

Desde aquel dia, Sonia cambia su rutina todos los dias. Provocó cambios y descubrio maravillas en su barrio, en sus alrededores y en sus vecinos. Pudo alimentar sus dias con una sonriza, y ser parte de la vida, y no mirarla desde afuera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Perpleja

Perpleja
Hubo terremoto

Storm.

Storm.
Si te vas no tengo nada, Si te quedas puedo hasta el mundo cambiar, O quizás no habré crecido, dejando mariposas escapar.

Desde la ultima vez que me he enamorado...

Desde la ultima vez que me he enamorado...
[No recuerdo lo que es el amor]